Reza el dicho: “El ave nació para volar y el hombre para trabajar… ¡Trabajar! De pequeños odiábamos esa palabra. Veíamos a nuestros padres salir muy temprano, o, a veces nos despertábamos y ya no estaban… se habían ido a trabajar.
Crecimos sintiendo que el trabajo se robaba a nuestros padres, de noche esperábamos a nuestros héroes, pero ya estaban muy cansados para jugar con nosotros. Papá y mamá salían para ganar el sustento familiar. Calmaban nuestro llanto bajo la promesa: “Si sacas buenas notas te compro el juguete que tanto quieres” y así partían un día más a ganarse el pan. Salían a trabajar, a ser dignos.
Ahora, repetimos la historia de nuestros padres, dejamos a nuestros hijos quizás con las mismas promesas.
Dicen que el trabajo dignifica, y es muy cierto, no hay nada más digno que alimentar y vestir a nuestra familia, cumplir nuestros sueños y los sueños de nuestros seres queridos, a cambio de nuestra fuerza laboral. De esta manera entregamos nuestros años de mayor fortaleza física e intelectual, entregamos las horas más valiosas de nuestros días –nuestras horas más lúcidas y productivas- aplicados a un empleo.
Como cada 1 de mayo –igual que en muchos lugares del mundo- hoy celebramos el día del trabajador. Un día en que hacemos alto en nuestras labores para descansar y compensar a nuestras familias, fecha en que celebramos el reconocimiento a nuestro esfuerzo y aporte que hacemos a diario para sacar adelante a nuestras oficinas, áreas, unidades, organizaciones, empresa…
Con aprecio,
Muy cierto y concreto , el trabajo forma gran parte importante de nuestras vidas sin ello no tendriamos sentido , inclusive el ser ama de casa es una gran tarea familiar un abrazo Julio excelente articulo !!!
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Claro que sí MIluska, el trabajo de ama de casa es el más arduo y lamentablemente no es reconocido ni remunerado… Un brazo,
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